Me inspiré el poema “Suspiro”, durante los primeros meses que estudiaba la Maestria en ESAN, la mayoría de mis compañeros de clases tenía menos de 26 años, mientras que yo había pasado los 30, ellos con una limitada experiencia profesional y yo con más de 15 años laborando como Economista, pero por haber culminado la universidad hacía 10 años, ya no tenía en la memoria los conceptos de cada curso.
Ello motivó que me mantuviera callada ante las intervenciones teóricas de mis compañeros, algunas equivocadas para la situación nacional.
Al culminar cada clase, yo pensaba ¿Qué me sucede? ¿Por qué me mantengo en silencio?, y lo único que brotaba de mi rostro eran lágrimas, hasta que se acabó el llanto y empecé a participar activamente, graduándome de Magister.
Meses después decidí escribir el poema, cuyo mensaje principal es que “cuando se acaban las lágrimas sólo queda suspirar.”